Hoy me gustaría centrarme en uno de las molestias más habituales. El dolor o adormecimiento de manos. Muchos ciclistas sufren este problema, yo me incluyo, pues he sufrido en mis carnes este típico dolor de manos. No es algo grave, pero es realmente molesta esa sensación cuando se va pedaleando y tienes más dolor de manos que de piernas.
El ciclismo es una montaña rusa de sensaciones, cuando vamos bien físicamente los kilómetros pasan y disfrutamos. Por el contrario, si tenemos un mal día nos acordamos del día que aprendimos a ir en bicicleta.
Ir cómodo en una bicicleta se nota mucho. Puede marcar la diferencia a la hora de superar un tiempo en un segmento de strava o de bajar una marca personal en una carrera. Es por eso que me gustaría hablaros sobre los diferentes problemas que nos pueden aparecer encima de la bicicleta.
Indice
¿Por qué pueden dolerme las manos?
Hay 2 motivos principales por los que pueden aparecer dolor en las manos. En primer lugar la mala posición en la bicicleta, lo que nos repercute en nuestra manera de agarrar el manillar. En segundo lugar, la presión excesiva sobre el nervio que nos recorre la mano.
La bicicleta no es de tu talla.
Este es uno de los motivos por el que puede aparecer el dolor en las manos. Si tenemos una bicicleta grande para nosotros estaremos muy alejados del manillar, con lo que puede aparecer este dichoso problema. Por el contrario, si tenemos una bicicleta pequeña estaremos encima del manillar y echaremos demasiado peso en nuestras manos.
Mala posición sobre la bicicleta.
Este motivo suele ser el más habitual, no llevar la posición adecuada en la bicicleta.
Igual que unos gramos de peso pueden ser determinantes, ocurre lo mismo con los milímetros. Algo tan pequeño se puede notar muchísimo.
Si llevamos el sillín demasiado alto o demasiado bajo no pedaleamos de forma correcta. Asimismo si lo llevamos demasiado cerca del manillar. Esto puede suceder por llevar una potencia demasiado corta o el sillín muy adelantado haciendo así que estemos muy cerca de nuestro manillar, por lo tanto presionaremos demasiado nuestras palmas de la mano contra los puños.
Mala elección de puños.
Es algo que solemos pasar por alto. Cuando compramos una bicicleta lo que queremos es salir a pedalear con ella. Le damos poca importancia a los puños. Por norma general, los puños que traen las bicicletas de serie son más bien duros, con poco acolchado (o nada) y aunque el “grip” suele ser aceptable no solo de eso viven los puños, pues deben de hacernos ir cómodos.
Lo ideal es elegir unos puños con cierto acolchado. Sin ser exagerado, puesto que se pierden sensaciones si es demasiado grueso. Además, si es un material excesivamente blando (por ejemplo la espuma) nos pueden parecer cómodos a primera vista, pero una vez que lo apretemos para agarrar el manillar con fuerza no volverá a recuperar su grosor original. Tendremos a las primeras de cambio un puño demasiado fino y con poco acolchado, por lo que iríamos apretando directamente el manillar. En esta misma web tenemos una comparativa de las que creemos que son las 2 mejores marcas del mercado. Podéis verlo aquí.
Presiones excesivas en neumáticos y horquilla.
El principal trabajo del neumático es el de agarrar cuando sea necesario. No es el único, ya que juegan un papel fundamental en la absorción de las irregularidades del terreno.
Junto a la horquilla son los encargados de disipar en la medida de lo posible las vibraciones que nos llegan a nuestras manos y brazos. Debemos vigilar las presiones a las que van, al igual que el aire que lleve nuestra horquilla.
Unos neumáticos muy inflados pueden ser buen compañero en asfalto, pero cuando salimos de el y los baches comienzan es mejor llevar un neumático algo más blandito, dibujará mejor el terreno y evitará muchas vibraciones.
Con la Horquilla nos pasa lo mismo. Una horquilla con demasiado aire no trabajara como es debido, al igual que una horquilla que no lleve bien regulado el SAG. ¿No sabéis lo que es el SAG? Puedes pinchar aquí para averiguarlo.
Mala elección de guantes.
También queremos hacer mención a la elección de esta prenda. Existen varios tipos de guantes, y tenemos que elegir el que más se adecue a nuestras necesidades.
Muchos modelos llevan acolchado, y al igual que pasa con los puños no todos son iguales. Existen modelos con almohadilla y los que llevan gel. Personalmente me decantaría por estos últimos, son más duraderos al paso del tiempo y recuperan mejor su forma inicial. Lo ideal es que cuando acabemos la ruta y volvamos a coger nuestra bicicleta vuelvan a ofrecernos un buen acolchado.
Aquí quiero hacer un apartado especial para los guantes de invierno. Deben cumplir con las mismas características que los de verano, (Buen acolchado de gel) pero no deben de ser excesivamente gordos. No por eso nos abrigará más, eso lo determina la calidad del tejido (GoreTex, WindStopper, etc) y solo nos propiciará perdida de tacto sobre el manillar, por lo que podremos tener alguna caída por no ir realmente bien agarrados.
Estas son algunas de las causas por las que nos pueden aparecer diferentes problemas en las manos. Desde aquí recomiendo que además de elegir el material adecuado (puños, guantes, horquilla bien regulada, etc) os hagáis un estudio biomecánico. A priori puede parecer que no os es necesario, pero nos evitará malas posiciones y dolores con el tiempo, Por ejemplo, lo que ahora no duele ni molesta puede convertirse en una futura lesión.